sábado, 2 de octubre de 2010

El impacto del acoso psicológico

NOTA IMPORTANTE: Dos destacados psicólogos, contribuyen a este Blog con el siguiente articulo que hemos dividido, para mayor comodidad de los lectores, en diferentes entradas. Para respetar sus derechos de autoría y propiedad intelectual, disponemos sus referencias completas. Además el articulo, pronto a ser publicado como parte de un libro, ha sido, a su vez, editado por nosotros para respetar los derechos editoriales. Por último, las ilustraciones y el subrayado es responsabilidad de PERSIST LTDA. Esta es la parte VIII y final de dicha colaboración.
Los autores mencionados son:

Dra. Victoria Zarco Martín, Psicóloga
Dr. Andrés Rodríguez Fernández. Psicólogo

Universidad de Granada

Las consecuencias del acoso psicológico en el trabajo afectan, en primer lugar, al acosado o a la víctima, porque es quien sufre más directamente ese calvario de humillaciones y ataques a su dignidad de forma sistemática y reiterativa, lo cual le lleva a cuestionarse su propia estima personal y profesional, así como a padecer estados psicosomáticos graves que, de forma progresiva, pueden conducirle a estados crónicos depresivos e, incluso, al suicidio.

Pero, en segundo lugar, también afecta al entorno familiar, que se verá profundamente alterado al no comprender nada de lo que ocurre, pero sí constatar la progresiva transformación de ese miembro de la familia a quien difícilmente se le puede ayudar porque ni él mismo sabe comunicar de forma clara lo que le está sucediendo. Esta situación en la medida que se prolonga en el tiempo se hace más difícil de soportar por los restantes miembros de la familia.

La importancia del entorno familiar y social se debe a que constituyen las principales fuentes de apoyo social de la víctima y, en muchos casos, su único lugar de amparo. Cuando éste también se resiente, la indefensión y la soledad del acosado es mayor, agravándose la situación. La vivencia del acoso adquiere un carácter de aspecto central en la vida de la víctima (la "centralidad del acoso"), que contamina al resto de ámbitos y hace que todo gire en torno a ese problema. No es raro el incremento de la conflictividad familiar, el alejamiento y abandono de amigos, la propia desestructuración social y familiar. Y en muchas ocasiones, la persona acosada sólo encuentra en su entorno incomprensión hacia el problema y, en el peor de los casos, el cuestionamiento de su propio estado mental

También, en tercer lugar, afecta a la propia empresa, que se verá afectada por el bajo grado de desempeño de esa persona, por su absentismo justificado mediante bajas por enfermedad, por el mal clima laboral que se crea, por su propia imagen que, obviamente, se verá deteriorada.

Así pues, el entorno laboral tampoco es ajeno al fuerte impacto de las situaciones de acoso. El rendimiento en el trabajo se suele ver afectado, tanto el de la víctima como el de la organización en su conjunto. Los problemas de comunicación y colaboración entre trabajadores interfieren en las relaciones que los trabajadores tienen que establecer necesariamente para la ejecución de sus cometidos, alterando los ratios de cantidad y calidad. También se suele producir un incremento del absentismo, de la rotación, interna y externa, y una disminución de la calidad de las relaciones interpersonales.

Y, finalmente, afectará a la sociedad en su conjunto, tanto desde el punto de vista humano como económico, en cuyo caso deberá asumir todos los gastos generados por esa persona desde el punto de vista médico, hospitalario, subsidio de paro, pensión y otros costes similares. En esta línea, y a modo de resumen, sostiene el profesor Fidalgo (2002) que las consecuencias para la persona trabajadora afectada por el acoso se da en tres esferas: psíquica, física y social.

Mientras que las consecuencias para las organizaciones son, además del deterioro en las relaciones interpersonales y del entorno laboral, un descenso en el rendimiento, un clima laboral tenso y un incremento de la accidentalidad. Así mismo, las consecuencias para el núcleo familiar, social y para la comunidad son: tener en el entorno a una persona cercana amargada, desmotivada, sin expectativas ni ganas de trabajar y que padecerá, posiblemente, algún tipo de trastorno psiquiátrico, con o sin comportamientos adictivos, que puede llevar, incluso, al suicidio.

Forma de citar este trabajo:

Zarco, V. y Rodriguez-Fernández, A. (2010) El acoso laboral: una relectura desde la psicología social. (en prensa) Madrid: McGraw-Hill.

No hay comentarios:

Publicar un comentario